domingo, 12 de septiembre de 2010

Montaña Rusa

Digamos que estaba de muy mal humor en el último post. Digamos que hice una generalización que me parece mala. No todos los hombres son unos retrogados como los imbéciles que me he encontrado ultimamente. es solo una mala racha. Y tampoco tiene nada que ver con el país. Hoy estoy de mejor humor, y eso que es domingo.
El finde paso lindo, con amigos o updateando blogs y haciendo cosas en la casa. Creo que tengo un cuento que pinta muy bueno (espero poder seguir laburandolo).
Estoy bien, conforme pero no conformada que es diferente.

Ayer pasé frente al Garraham yendo hacia lo de unos amigos, era la primera vez que tomaba ese colectivo, asi que la vista del Garraham me tomo por sorpresa. Ya casi 20 años desde que estuve dos semanas internada ahi. Ver el edificio trajo tantos recuerdos, el dolor propio y ajeno... Ese chico que gritaba cuando le hacian las curaciones y que jamás conocí ni supe que era lo que le habia pasado (alguien dijo que lo habia atropellado un auto); Carlitos, perdido en la cama al lado mio, con sus tres meses y ese silbido que no lo dejaba respirar. Carlitos y sus dos ataques cardiacos al lado mio, Carlitos que se lo llevan a terapia, los padres que lloran que gritan, después el silencio y la noticia casi distante al otro dia. No habia pasado la noche.
El chiquito con cáncer de estómago que no dejaba de reirse y al que le gustaban los bloopers de Tinelli, nunca vi su cara, estaba en la otra media habitación , separados por un tabique... Tenía 6 años y estaba "enamorado" de la doctora de la mañana.
Y en medio de todo eso los enfermeros,los doctores poniendole toda la buena onda, toda la garra. A veces los heroes no hay que buscarlos muy lejos.

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