Pasaron más de tres años desde la última vez que anduve escribiendo por acá. Hace como un año que no escribo más que mails y cartas, entonces me pareció un buen momento para despuntar el vicio por acá y ver si sale algo que sirva para esa lista de cuentos que no avanza.
En estos tres años cambié de trabajo, país, me enamoré, me desenamoré por necesidad y ahora me encuentro más fuerte y sabia (o ninguna de las dos cosas, pero bueno, suponele...).
Leyendo los post anteriores me dió nostalgia pensar en él de nuevo de esa forma, pero creo que esta vuelta el capítulo está finalmente terminado. Al menos mientras él este felizmente en pareja :D
El año anterior tomé desiciones que hacía mucho no tomaba, más que nada por comodidad y por no cambiar el status quo. Me arriesgué a un nuevo trabajo y país, el trabajo es maso pero la ciudad donde vivo ahora me da una paz que hacia mucho no sentía en Buenos Aires. Este año aposté a una relación, jugándome el todo por el todo y como corresponde perdí, pero al menos sé que todavía tengo la capacidad de jugarme, de querer, de llorar y de levantarme otra vez.
Estos tres años que pasaron fueron intensos, llenos de experiencias, y este último año en particular ha sido un viaje en montaña rusa, pero de a poco estoy empezando a disfrutar la sensación de vacio en el estómago :).
Espero las próximas entradas sean más seguidas y mirando más el ahora que para atrás.